Post data: la Democracia Bleu
Mar 01, 2021
Así como el CEPO CAMBIARIO genera el mercado negro financiero, el CEPO CONSTITUCIONAL genera el MERCADO NEGRO DE LA DEMOCRACIA. Las restricciones cambiarias reducen al agente económico en mero consumidor, fomentando la "corruptela", una especie de CORRUPCION COMPULSIVA. Un circulo vicioso, verdadero callejón sin salida en el seno de una economía paralela cuya opacidad baña como una inmensa marea negra al conjunto de la economía argentina.
Por analogía, el CEPO CONSTITUCIONAL que reduce al agente político al mero rol de elector, fomenta todo tipo de CLIENTELISMO, una forma de esclavismo destinado a convertirlo en presa fácil de todo tipo de FEUDALISMO. Para ello son útiles todas las herramientas disponibles, con el único objeto de la CONQUISTA DEL GOBIERNO; sin poder contar entre ellas a los partidos políticos pácticamente inexistentes, víctimas de un hiperpresidencialismo arrollador. En nuestra conversación hemos evocado múltiples casos cuando GRUPETOS ESPUREOS pelaron a La Argentina hasta que quedara el hueso; con el nepotismo, el amiguismo.
CORRUPCION DE ESTADO que se expresa a través de prácticas institucionales incestuosas.
Caldo de cultivo también para que cualquier tipo de grupos de presión, conocidos también como LOBBYS, aprovechen la falta orgánica de participación ciudadana para, como fue el caso en el primer semestre de 2017, lograr la sanción por parte del Parlamento argentino del 2/5 de normas de gran impacto.
Por efecto sistémico, en el hiperpresidencialismo no hay alternativa, las acciones de gobierno necesitan tener al pueblo confinado. No estamos frente a un POPULISMO como cantan ciertos juglares mediáticos que ABONAN LA GRIETA entre los argentinos, SINO FRENTE A UN POPULICIDIO, neologismo que significa "causar la muerte o la ruina de un pueblo”.
A titulo de ilustración: La Argentina, es el SEGUNDO país peor ubicado en una clasificación mundial de MISERIA ECONOMICA, elaborada por una de las principales agencias internacionales que toma en cuenta las tasas de inflación y desempleo en más de 60 países.
De esta manera mantiene el lugar que ocupó en 2019. cuando gobernaba el testaferro predecesor del actual, que con la ligereza institucional consuetudinaria la hipotecó y sometió aun más económica y moralmente: el FMI prestó el 60% de su capital a La Argentina.
Que hacia 1895 tuvo el PBI per cápita más alto del mundo, época virtuosa sobre el plano económico que se extendió hasta los primeros años del S.XX.
Lo que se comentó sobre la opulencia argentina era que el país se encontraba en un grupo de los primeros cinco países. Una actualización del Maddison Historical Statistics reveló que en 1895 y 1896 Argentina no era uno de los países más ricos, sino el número uno, con el PBI per cápita más alto del mundo.
Los siguientes puestos fueron para Estados Unidos, Bélgica, Australia, Reino Unido y Nueva Zelanda.